ALFABETIZACIÓN DIGITAL

El desconocimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación por parte de grandes sectores de la población produce lo que se ha llamado fractura o brecha digital, es decir, desigualdades en el conocimiento, acceso y uso de las nuevas tecnologías. Para combatir esas desigualdades, desde diferentes ámbitos han surgido propuestas que defienden la alfabetización digital como método para reducir la brecha y contribuir a una sociedad más igualitaria.

Antes de adentrarnos en las definiciones y entresijos de la llamada alfabetización digital, conviene aclarar algunas cuestiones sobre el concepto de brecha digital. Existen divergencias y opiniones enfrentadas sobre el uso y definición de este concepto, creado por la administración Clinton en Estados Unidos para referirse a las diferencia entre la población "conectada" y "no conectada" (digital divide). A partir de su creación, el concepto ha sido adoptado con diferentes matices, los mismos que veremos para la alfabetización digital: las diferencias en el acceso a las TICs, las diferencias en el uso de las mismas, las diferencias en las capacidades de uso, las diferencias en el acceso a contenidos de calidad, etc. En definitiva, la brecha digital suele referirse a tres campos generales: la diferencias en las infraestructuras, en la capacitación y en el uso de los recursos.

En este sentido, la brecha digital también se analiza como una forma de exclusión que produce un analfabetismo digital en amplios sectores de la población mundial. Es a partir de esta idea que surge el concepto de alfabetización digital como meta a conseguir para combatir la brecha. De la misma manera se habla también de inclusión digital.

En el mundo académico existe un antiguo debate sobre qué es y en qué debe consistir la alfabetización digital. No existe un claro acuerdo sobre cómo debiéramos llamar al proceso de acercamiento de los ciudadanos a las tecnologías de la información y el conocimiento: alfabetización digital, informacional, computacional, tecnológica, electrónica, etc., son algunos de los términos que se barajan y cada autor introduce matices característicos para diferenciar unos de otros. (Casado Ortiz, 2006: Alfabetización digital ¿Qué es y cómo debemos entenderla?)

Para Rafael Casado Ortiz, la alfabetización digital sería el proceso de adquisición de los conocimientos necesarios para conocer y utilizar adecuadamente las infotecnologías y poder responder críticamente a los estímulos y exigencias de un entorno informacional cada vez más complejo, con variedad y multiplicidad de fuentes, medios de comunicación y servicios.

Para este autor estar alfabetizado digitalmente sería poseer la capacitación imprescindible para sobrevivir en la sociedad de la información y poder actuar críticamente sobre ella. La capacidad también de interactuar inteligentemente con las tecnologías para gobernar la complejidad y transformar la sociedad.

En el libro Claves de la alfabetización digital (publicado paradójicamente (o no) por telefónica) los diferentes autores apuestan por un modelo de alfabetización digital multidimensional, activo y dinámico, con un trasfondo ético-político fundamental, que va mucho más allá de la simple adquisición de destrezas para utilizar el ordenador o acceder a la red y que, por lo tanto, trasciende ampliamente el campo de la informática. Un concepto que requiere habilidades y conocimientos, pero también concienciación y actitudes críticas. La propuesta de estos autores no es educar sólo en el uso, sino también en valores: en la tolerancia y para la complejidad. El adiestramiento en el manejo de las infotecnologías es importante, pero solamente es el primer escalón del proyecto educativo. Además de saber cómo hacer funcionar los aparatos, es preciso atender al cuándo, al porqué y al para qué se debe recurrir a ellos.

Por este motivo, la mayoría de los autores consideran que la alfabetización digital debe estar inmersa en un proceso de educación general.

En esta línea está la propuesta de Patricia López Vicent en su artículo “La alfabetización digital: un camino hacia la innovación educativa”, quien propone un cambio en la pedagogía y en el sistema educativo para incorporar las nuevas tecnologías. Este reto educativo exige un nuevo papel del alumno más creativo, crítico y activo, así como un nuevo rol para el profesor que debe ser flexible, orientador y abierto al cambio que supone la aceptación de la innovación educativa emprendida.

Para esta autora, en la misma línea que Casado Ortiz, la alfabetización digital no pretende formar exclusivamente hacia el correcto uso de las distintas tecnologías. Se trata de que proporcionemos competencias dirigidas hacia las habilidades comunicativas, sentido crítico, mayores cotas de participación, capacidad de análisis de la información a la que accede el individuo, etc. En definitiva, nos referimos a la posibilidad de interpretar la información, valorarla y ser capaz de crear sus propios mensajes.

Para definir esta doble acepción que se plantea en la alfabetización digital, Alfonso Gutiérrez Marín (2003, La alfabetización múltiple en la sociedad de la información) propone un concepto que va más allá del referido a alfabetización digital, se trata del concepto de alfabetización múltiple que comprende no sólo la competencia comunicativa con diversos lenguajes y medios, sino la preparación básica de todos para la vida en su doble faceta de individual y social.

Así pues, parece que las definiciones de alfabetización digital presentan varias dimensiones diferentes, tal y como veíamos con la brecha digital:

-una relativa al conocimiento, aprendizaje y manejo de nuevas herramientas tecnológicas que exige el desarrollo acelerado de las TIC's,

-otra referida al análisis de los nuevos lenguajes y al estudio de las estrategias de razonamiento y de los procesos cognitivos asociados al manejo de programas informáticos, etc.

-una tercera dimensión que concierne a la presentación del "yo". Las TIC's han implementado nuevas maneras de interactuar y han supuesto la llegada de rituales de presentación del interlocutor que rompen con los esquemas clásicos de la interacción cara-a-cara. Este fenómeno ha sufrido un desarrollo especial en el caso de los entornos virtuales. Hasta tal punto que la llegada de un nuevo participante a un entorno virtual exige de su formación y aprendizaje en los códigos que rigen la presentación de uno mismo en tales entornos (Gálvez y Tirado 2005).

-Y una cuarta dimensión, la más ambigua que se refiere a esa capacidad crítica difícilmente enseñable pero imprescindible para poder decidir con libertad y criterio de qué manera queremos utilizar las TIC, si es que queremos, en qué contexto y con qué fines.



PLANTEAMIENTOS CRÍTICOS

Buscando información y leyendo textos en la red sobre la brecha digital y la alfabetización digital no tardamos en encontrar voces y argumentos críticos con la construcción y uso de estos conceptos y con los planteamientos que conllevan.

Tanto en Wikipedia como en distintos portales y artículos, podemos constatar que existen perspectivas críticas con el propio concepto de brecha digital y con los planteamientos alfabetizadores. Siguiendo a Kemley Camacho, podemos analizar algunos de los aspectos polémicos sobre la idea de alfabetización digital.

En primer lugar, Camacho cuestiona la idea base que sustenta las argumentaciones que defienden la alfabetización digital, es decir, la relación causa-efecto entre la tecnología y el desarrollo. Los discursos alfabetizadores y defensores de la inclusión digital parecen ver en las TICs la solución a las desigualdades sociales y la poción mágica para conseguir el desarrollo económico y social de los países y sociedades más pobres. Este argumento arguye que las tecnologías pueden ser una herramienta poderosa para reducir las diferencias sociales y económicas entre países y sectores sociales, contribuyendo a la igualdad y al desarrollo. Este primer argumento, aferrado fuertemente en los discursos sobre las TICs plantea muchas dudas y críticas. Al reducir una cuestión tan compleja a una simple relación causa-efecto sin matices, se olvidan cuestiones tan importantes como las implicaciones de la incorporación de nuevas tecnologías en determinados contextos sociales, culturales, en la historia del grupo social, su identidad y las transformaciones que esto puede provocar. La promoción de las TICs debe realizarse atendiendo a las necesidades locales y estudiando en cada caso que pueden aportar o si es mejor que queden al margen. La tecnología, sólo en sí misma, no promueve en absoluto la igualdad ni el desarrollo.

Otra de las cuestiones claves que se critica al discurso de la alfabetización digital es que parece olvidar que existen otras brechas además de la digital. Existen desigualdades y brechas sociales, políticas, económicas, de género, culturales, geográficas... que no pueden incorporarse sin más dentro de la brecha digital, ya que son desigualdades estructurales que la alfabetización digital no podrá superar sin más. Esto va relacionado con una concepción única de la brecha digital, como si fuera un concepto universal aplicable en todos los contextos, cuando las situaciones concretas en cada caso son muy diferentes y exigen medidas, planteamiento y acciones diferentes.

En la misma línea, profundizando en el concepto, sale a relucir el reduccionismo que conlleva. La brecha digital parece ser un concepto ahistórico, producido de forma natural por la evolución de las TICs. Pero la brecha digital y la misma sociedad de la información son el producto de una determinada dinámica social y de un proceso histórico. Las desigualdades se perpetúan en procesos que se asientan sobre ellas y que no surgen de manera natural.

Todas estas cuestiones no suelen aparecer en los discursos oficiales sobre alfabetización digital, donde los conceptos se adoptan sin ser cuestionados y no se profundiza en la complejidad que supone hablar de brecha digital.

Por otro lado, Camacho también insiste en las diferentes brechas (infraestructura, capacitación y uso de los recursos), destacando que hasta ahora, el énfasis está puesto en el desarrollo de infraestructura, aunque los discursos teóricos ya hayan puesto atención en los otros aspectos.

"Nuevamente no es el aspecto tecnológico el que las limita sino las condiciones económicas, sociales y culturales en las cuales se desenvuelven y las posibilidades de desarrollar capacidades y transformar sus procesos productivos."

En este sentido, por mucho que se intente impulsar las TICs en barrios marginales o países en vías de desarrollo, las condiciones económicas, políticas y el contexto social son en muchos casos el freno inevitable para que se avance en algún sentido. Además, según Camacho, el énfasis en el desarrollo de infraestructuras y en combatir la "brecha tecnológica" es un gran negocio para las grandes empresas de telecomunicaciones y marcas comerciales. En cambio, abordar las cuestiones sociales y la profundidad de las brechas implica una inversión social a fondo perdido.

Por último, otro aspecto importante a tener en cuenta, es que los discursos sobre la brecha digital, han desviado la atención de otras cuestiones e implicaciones de la sociedad de la información como puedan ser las transformaciones en el mundo laboral, en los modelos económicos, en valores y leyes sobre la propiedad intelectual, sobre la educación, etc.

Todas estas cuestiones que hemos planteado de forma resumida aportan puntos de vista diferentes, ideas nuevas, complejidad. El uso de las tecnologías puede ser una herramienta para el desarrollo, pero si consideramos la tecnología como eso, una herramienta, y no un fin en sí misma. El análisis de contextos sociales concretos y de las brechas sociales locales en toda su profundidad es la vía legítima para conocer de qué manera pueden contribuir las tecnologías en un contexto determinado. No se trata de impulsar las tecnologías y su uso a diestro y siniestro de manera global, sino de plantear medidas concretas en contextos determinados en los que, si se considera adecuado y conveniente, se introduzcan y utilicen las TICs.

Textos consultados

-“La alfabetización digital: un camino hacia la innovación educativa” Patricia López Vicent (2006)

-Claves de la alfabetización digital Rafael Casado Ortiz (dir.)

-Wikipedia

-Comunitats virtuals, cyborgs i xarxes sociotècniques: noves formes per a la interacció social.

-La Brecha Digital. El Portal.

-Kemley Camacho "La Brecha Digital".

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